Para los que creen que los préstamos con hipoteca son un producto financiero moderno o reciente, les quiero contar que nada más alejado de la realidad, este tipo de garantía para un dinero prestado existe hace cientos de años.
En la época feudal en el siglo XVII se utilizaba la palabra mortgage que viene del latin muerte (mort) y gage (garantisa). Un vasallo acordaba pagar una obligación sobre su tierra hasta que estuviera “muerta” mediante un documento.
La palabra hipoteca viene del griego hypotheke que significa algo que se pone debajo de la tierra que no se puede ver a simple vista y está a cargo de alguien.
Una de las dos garantías de pago eficaz en derecho romano se denominó pignus, en el cual el deudor no debía pasar la propiedad del bien (tierra o herramientas) que está pagando mientras cumplía con su obligación, siendo este el antecedente histórico más claro de la hipoteca como la conocemos actualmente.
En la edad media las personas mediante la hipoteca podían adquirir más tierras garantizadas en las tierras propias o las que buscaban adquirir y pagar ya fuera con dinero o con productos de sus cosechas.
Este producto financiero nace por la necesidad de un deudor de poner en garantía algo suyo, que no podía llevar a otro lado o lo necesitaba para su supervivencia y uso; por lo que nació la hipoteca como mecanismo de garantía.
En adelante en cada país se ha venido desarrollando en materia legal, disposiciones sobre cómo quién, y en qué condiciones se pueden hacer este tipo de préstamos con garantía en inmuebles.
Para el caso colombiano es una actividad totalmente legal realizarla entre personas naturales, empresas, naturalmente el sector financiero para obtener una garantía sobre un préstamo de dinero.